El asma y la intervención del psicólogo.

Generalidades.-

Casi todos los investigadores del asma bronquial aceptan la mediación de factores psicológicos en la aparición o empeoramiento de las crisis. Las variables psicológicas específicas y cómo se implican en el control, frecuencia y severidad de las crisis son aspectos insuficientemente estudiados, básicamente porque los mecanismos psicológicos son difíciles de medir, además, suelen ser específicos e individuales a partir de su sistema de vínculos, experiencias y memorias.

El paciente asmático requiere de un tratamiento interdisciplinario, el médico deberá procurar el alivio de la sintomatología corporal, esto servirá para solucionar las lesiones orgánicas, pero es necesaria además de la acción médica la acción psicológica.

Origen del asma.-

Aunque existe un conocimiento bastante amplio de los diferentes cambios fisiopatológicos en el asma bronquial, su origen no está claro. Hoy se ha demostrado la mediación de diferentes grupos de factores desencadenante además de las alergias, las infecciones, factores bioquímicos, así como factores psicosociales (condiciones de vida por ejemplo), como mecanismos de inicio de las crisis asmáticas.

Las crisis de asma pueden resultar de la influencia de estímulos de origen social o psicológico (sugestión, reactivación de situaciones pasadas, pensamientos, etc.) sobre el sistema nervioso. Se han observado ciertas particularidades de las crisis asmáticas, que a veces se producen a determinadas horas, de noche más que de día y que se hallan vinculadas a ciertos lugares, climas, estados del tiempo, estaciones y, muy especialmente a estados de ánimo aunque mostrando grandes diferencias individuales.

El asma desde el punto de vista psicológico.-

Para la psicología el ataque asmático es, ante todo, un equivalente de angustia, que indica la presencia de un conflicto. El asma es entendida como una enfermedad psicosomática. Al hablar de lo psicosomático nos referimos a una situación en la que el sujeto entra en un estado de angustia que no puede poner en palabras, por lo que esta angustia se traslada directamente al cuerpo. A través del tratamiento psicológico de pacientes asmáticos puede ser entendida la respiración como una forma especial del ser humano de relacionarse con su primer objeto que es la madre ya que la respiración pulmonar es continuación de la respiración placentaria (simbiosis madre-hijo.

Encontramos en el asmático una equivalencia madre-aire, y por esa razón cuando la madre se torna persecutoria y además exige ser aceptada crea en el niño y luego en el adulto la obligación de ser retenida, bajo la forma de “aire malo” que llena los pulmones.

En el acceso asmático se reconoce también, un equivalente del llanto del niño por su madre, una expresión de dolor, desesperación y desaliento (des-aliento). La fisiología del llanto apoyaría la teoría que relaciona el asma con el llanto reprimido. El llanto comienza a diferenciarse como señal de necesidades fisiológicas: hambre, cambio de temperatura, incomodidades, sueño, etc. A medida que el niño consigue que éstas necesidades se satisfagan, el llanto va llenándose de contenidos. Es un precursor de la palabra, una señal preverbal sonora un elemento de transición entre el lenguaje corporal y el hablar. Su significado puede ser reconocido por una madre que está comunicada con su hijo. En el caso del asmático este llanto se reprimiría a través del ataque de asma que se supone es furioso y triste, mezcla de protesta y de súplica.

El asma evidencia una dificultad emocional para independizarse de una persona sobreprotectora, pero a su vez sería la manifestación de una protesta contra la excesiva relación de dependencia.

Características del asmático.-

Existe en el psiquismo de los asmáticos una posición de dependencia extrema ante la madre. La madre de los asmáticos se opone fuertemente al la satisfacción pulsional, en especial por su comportamiento severo frente a las manifestaciones de la sexualidad infantil. Por esta razón se presenta una actitud pasiva y de mucha inseguridad, demandan mucha atención y cuidados.

La crisis son vistas como estar cerca de la muerte y al salir de estas entran en una profunda depresión. Vive en constante temor del mundo que lo rodea, pues viven pendiente de las sustancias que podrían desencadenar su crisis. Ven la enfermedad como un enemigo mortal que no puede controlar, algo que lo domina y esta fuera de su cuerpo. Se preocupa mucho por lo que le pasa, esta muy pendiente de las manifestaciones de su cuerpo.

Intervención del psicólogo.-

La aparición de síntomas somáticos suele ser interpretada por el terapeuta como mensajes no verbales que se integran en la interpretación con otros tipos de lenguaje preverbales y con el lenguaje verbal, con la intención de ir esclareciendo paulatinamente al paciente y poder lograr una mejor integración entre lo que siente, piensa y dice. El paciente asmático responde reconociendo el elemento representativo inconsciente en un plano que podemos considerar intelectual, mientras que el afecto es mucho más difícil de movilizar. El afecto puede deducirse a través de una hipótesis interpretativa del analista después de una crisis asmática.

El psicólogo utiliza la escucha a fin de dar al paciente un espacio en el cual expresar el sufrimiento por la enfermedad que hay en su cuerpo. El poder hablar de su enfermedad y de lo que causa sufrimiento permite, que se disminuya el elevado monto de angustia que invade al sujeto y que aparece cuando se presenta su dolencia.

Se escucha la queja para tratar de articularla con el deseo de ayuda dirigido al psicólogo para poder resolver su problemática, además de hacer que el paciente deje de ver la enfermedad como algo que ésta fuera de su cuerpo, que la vea como algo concerniente a él y que pueda buscar la solución a su problemática.

Finalmente es importante que tanto como el paciente como los familiares estén informados de la enfermedad, esto sirve para bajar la angustia y no crear fantasías frente a la enfermedad.

Comentarios