Características de una familia en la que existen casos de adicción

Un pequeño trabajo desde el psicoanálisis en el que describimos ciertas características de una familia que llega a formar una persona con estructura propensa a la adicción: 

Varios autores sugieren que en estas familias ocurre lo siguiente:

1. En la familia del adicto es común encontrar otras personas con el mismo problema, aunque éste no siempre sea evidente. Suelen tener múltiples adicciones: a psicofármacos (sedantes, estimulantes, hipnóticos, etc.) a medicamentos (digestivos, purgantes, gotas oculares, analgésicos, etc.), a la comida, y a drogas socialmente aceptadas, como tabaco y alcohol. A veces la adicción se refiere a una conducta, como los juegos de azar, el cine, la televisión o el consumismo.

2. Son familias, en general, con mala alianza marital, donde muchas veces el precario vínculo que mantienen la relación es un hijo dependiente e inmaduro, que canjea su independencia por la enfermedad.

3. Son familias que suelen tener un pasado con situaciones ocultas, secretos familiares, pasados difíciles, que viven como vergonzosos, con contradicciones y mentiras. Con frecuencia los padres no tienen autoridad sobre los hijos y es evidente la falta de límites, con un régimen arbitrario que oscila entre la rigidez, el autoritarismo y la permisividad total. Dicha permisividad incluye la desaprensiva conducta mediante la cual se coloca al alcance de los niños elementos inductores al uso de drogas, como botiquines, bebidas alcohólicas, etc. Suelen detectarse mensajes explícitos o encubiertos de la cultura de la muerte, a través de frases como “preferiría verte muerto”, “por qué no desapareces de mi vista”. De manera paralela a esta interacción agresivo-destructiva se despliega la tendencia mágica a evitarle todo sufrimiento y displacer mediante el despliegue de elementos materiales como dinero, regalos valiosos.

4. Son familias donde están borradas las fronteras entre los sistemas paternos y fraternos, y por eso predomina la incongruencia jerárquica. Son padres con dobles mensajes, o mensajes contradictorios: “no consumas drogas”, mientras algunos de ellos no pueden dejar de fumar o consumir alcohol en exceso.

En estas familias suele haber un padre sobreinvolucrado, cómplice o más o menos disimulado del hijo enfermo, mientras el otro está ausente.

Las madres, en cambio, no pueden o no saben ejercer su rol, suelen ser inmaduras, presentan inconsistencia yoica, una autoestima muy baja centrada en el hedonismo y la belleza física. En ocasiones pueden ser depresivos con núcleos melancólicos. Estas madres llenan su vacío con el hijo, lo absorben y lo usan como antidepresivo. El hijo así vaciado recurre a la droga para resarcirse y usa como artificio la química y no el afecto de las personas.

Finalmente, si estas familias no brindan las condiciones necesarias para el desarrollo de un self fuerte, esto es lo que causa la formación de seres con estructuras psicológicas que tienden al uso de sustitutos en las drogas, transformando en un individuo que no ha sabrá relacionarse con sus semejantes.


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