Anorexia

Comparto este artículo publicado en Revista Semana de Diario Expreso (Mayo 2013):

http://www.semana.ec/ediciones/2013/05/05/psicologia/psicologia/anorexia-la-perfeccion-distorsionada/

ANOREXIA, LA PERFECCIÓN DISTORSIONADA
El mal afecta al 1% de jóvenes, que tiene una visión deformada de sÍ mismo. aunque la cura es lenta, existen claves para sobrevivir a esta enfermedad.

Inés Ruiz del Árbol
ruizil@granasa.com.ec

‘Quod me nutrit me destruit’ (lo que me nutre me destruye, en latín) son las palabras que coronan el blog de Aurora, probablemente sacadas del tatuaje que la actriz Angelina Jolie lleva en el abdomen. En él, desde hace tres años, alienta a las chicas a convertirse en ‘princesas’. El precio de tan ambicioso sueño es su propio cuerpo. Y es que Aurora tiene anorexia nerviosa, una enfermedad que mata al 7% de las jóvenes y adolescentes afectadas, según cifras de la OMS (Organización Mundial de la Salud).
El blog de Aurora es solo uno entre los miles que administran estas ‘princesas’ cuyo lema ‘no es fácil convertirse en princesa’ advierte del camino tortuoso en el que van a penetrar. No en vano, este tipo de blogs han sido cerrados en numerosas ocasiones, acusados de alentar desórdenes letales. En ellos comparten trucos para adelgazar, tips para que sus padres no las descubran y dramáticas competiciones semanales en las que la chica que haya perdido más peso se convierte en la ganadora.

Según la psicóloga clínica Teresa Baquerizo, estos pacientes tienen una percepción distorsionada de la propia imagen corporal y, aunque su peso esté por debajo de lo normal, tienden a verse gordos. “Los cambios propios de la adolescencia son experimentados con incertidumbre y acompañados de estados de ánimo variables”, explica la experta. Se trata de la ciclotimia, un estado donde la euforia y la depresión están presentes a partes iguales, sin término medio, lo que también se asocia al aislamiento social.

Este deseo irracional de bajar de peso produce una interrupción del apetito y de la ingesta calórica diaria. Lo que a largo plazo, según la psicóloga Gina Fabre, produce piel fría, dolor al sentarse, hipotensión o presión anormalmente baja, corazón debilitado, indigestión después de la escasa comida consumida y sensación de debilidad o cansancio. Finalmente uno de los síntomas más graves e indicadores del nivel en el que se encuentra el trastorno es la amenorrea o ausencia de menstruación. Y es que dentro de las enfermedades mentales, la anorexia tiene el índice más alto de mortalidad, con cinco muertes de cada cien.

Signos que reflejan la enfermedad

Marta, nombre protegido, comenzó con anorexia a los catorce años. Lo que inició como un deseo por bajar un par de kilos, acabó convirtiéndose en una obsesión por contar calorías. “Me sentí bien cuando noté que estaba empezando a adelgazar y entré en una espiral en la que solo pensaba en dejar de comer”, recuerda. Coincidió que dentro de su grupo de amigas había más chicas preocupadas por este tema, lo que acentuó aún más su obsesión por llegar a tener el cuerpo perfecto. “Nunca he sido especialmente coqueta”, asegura, “pero me preocupaba estar delgada. Era una forma de controlar mi vida”.

Empezó por restringir la comida poco a poco, hasta que se le escapó de las manos. Cada vez que acudía a un acto social en el que se requería comer, sentía una angustia insoportable que se acusó cada vez más durante la enfermedad. Comenzó por suprimir los alimentos con carbohidratos y grasas, hasta llegar a limitarlo todo.
Los principales signos que reflejan el trastorno son muy identificables y pasan por esconder comida y reducir las porciones de alimento, no comer en lugares públicos y utilizar con demasiada frecuencia la balanza. “Hacía pedacitos la comida y, cuando no miraban, la escondía con una servilleta. Quitar aunque fuera un trocito de pescado ya me aliviaba”, explica Marta. “Cuando me hacían probar un trozo de tarta me sentía asquerosa durante todo el día. No podía quitármelo de la cabeza”.
Más allá del aspecto físico, Marta necesitaba sentirse aceptada y el poder controlar lo que comía le daba el poder para controlar una parte muy importante de su vida. “Entre otras cosas, comencé a hacer flexiones en mi habitación antes de irme a dormir. Era una forma de perder todas las calorías ganadas durante el día”, recuerda.

A estas medidas drásticas se le pueden sumar otras conductas asociadas, como la utilización de diuréticos, laxantes, purgas, vómitos provocados o exceso de ejercicio físico. Las personas afectadas pueden perder desde un 15 hasta un 50 por ciento, en los casos más críticos, de su peso corporal.

Generalmente los padres se suelen dar cuenta de estos problemas cuando ya es demasiado tarde. Por ello, para evitar males mayores, los expertos recomiendan un seguimiento exhaustivo cuando sus hijas comienzan a juguetear con la comida o van al baño en cuanto terminan de comer.
Según Baquerizo, los cambios en los hábitos alimenticios y la preocupación excesiva por el peso serían referencias importantes para identificar si hay algún riesgo. Y es que perder peso no es necesariamente un síntoma de la enfermedad, pero se debe saber el momento en el que se cruza la delgada línea que separa una dieta de un grave peligro para la salud.

El perfil de la anoréxica responde, en la mayoría de las ocasiones, a personas excesivamente exigentes consigo mismas, buenas estudiantes, muy perfeccionistas y con pocas habilidades para las relaciones sociales. Los expertos coinciden en afirmar que los hogares conflictivos o con padres posesivos fomentan este tipo de trastorno. Incluso existen familias que fomentan la obsesión por el físico, en las que las madres llegan a competir con las hijas para ver quién es más guapa o más delgada.
“Estas familias suelen tener un estilo educativo sobreprotector, poco afectivo, con tendencia a la depresión, la ansiedad y a la vivencia de conflictos en la pareja de padres. También se observan hábitos alimentarios inadecuados”, detalla Baquerizo.

Otro factor fundamental son los valores culturales que definen los estereotipos estéticos deseables que deben seguirse, ya que en la sociedad actual se nos muestra a la mujer delgada como sinónimo de éxito y popularidad. Pero lo curioso es que, además, se ha demostrado que existe un factor genético implicado en el desarrollo de este desorden, ya que la anorexia es ocho veces más común en personas que tienen parientes con el trastorno.

En el camino a la recuperación

En Ecuador hay una grave desinformación acerca del tratamiento y la prevención de trastornos como la bulimia y la anorexia. De hecho no existen campañas educativas ni estudios que detecten la intensidad de estos problemas en la sociedad. Sin embargo, a pesar de las carencias, los expertos coinciden en que lo fundamental es que la detección sea primaria, ya que una vez que los problemas avanzan, la recuperación es lenta y en muchos casos el cuerpo no alcanza a resistir el tiempo necesario.
Cuando una persona padece anorexia, a menudo se requiere ingreso hospitalario, alimentar al paciente de forma forzada, llevar un control estricto de sus movimientos, pues abusan del ejercicio para quemar calorías, establecer nuevas pautas de conducta e incluso tratamiento farmacológico para síntomas como la ansiedad y las palpitaciones.

Según la psicóloga clínica Gina Fabre el tratamiento debe ser supervisado tanto por un médico como por un psicólogo y se debe tener en cuenta que el proceso será largo. “En cuanto a la terapia psicológica puede ser un tratamiento cognitivo-conductual, centrándonos primero en hacer que la paciente empiece a comer nuevamente y se sienta segura consigo misma”, comenta la experta.

Este tratamiento psicológico tiene el objetivo de intentar reestructurar las ideas racionales, eliminar la percepción errónea del cuerpo, mejorar la autoestima y desarrollar las habilidades sociales y comunicativas entre el enfermo y su entorno, especialmente su familia.

En Quito existe The Center, que se especializa en trastornos alimentarios y todo tipo de adicciones. Comenzó a funcionar hace casi 13 años de manos de Mónica Guarderas, a raíz de una experiencia personal. “Mi hija tuvo anorexia y traje a Ecuador una licencia de un centro de Estados Unidos”, explica. Hasta entonces no existía en el país ningún establecimiento parecido.

Desde que empezó a funcionar, The Center ha recibido a más de 1.500 pacientes. El 90% de ellos, mujeres entre 13 y 22 años. La recuperación dura de 9 a 18 meses, pudiendo alargarse o acortarse dependiendo del paciente. “Generalmente son niñas hipersensibles, muy complacientes con los demás, perfeccionistas... tienen una personalidad ansiosa, depresiva, muy autocrítica”, señala Guarderas.

En The Center hay un índice del 85% de recuperación en los casos de anorexia. “El otro 15% son chicas que no terminan el tratamiento o que no han llegado a comenzarlo. Pero quien lo inicia y termina siempre acaba recuperándose sin una sola recaída”, afirma Mónica con orgullo. “Las que no consiguen el éxito son las ‘niñas mimadas’, aquellas que siguen mandando en casa y cuyos padres prefieren que deje el tratamiento a que deje las clases de francés”. Y es que muchas veces se desconoce el riesgo que conlleva.

No fue el caso de Marta, quien con esfuerzo y mucha terapia consiguió superar su anorexia y posterior bulimia. Ahora lleva una vida normal y disfruta de la comida. “A veces me entran ganas de adelgazar y comienzo a repetir los mismos mecanismos, pero soy consciente y sé frenar a tiempo”, sonríe confiada. Después de varios años atrapada en la enfermedad, tiene la seguridad de que su cuerpo es bonito, a pesar de no ser perfecto.

Webs sugeridas sobre el tema
http://www.tnrelaciones.com/anorexia/
http://www.elmundo.es/larevista/num59/textos/anore1.html
http://www.manantiales.org/bulimia_anorexia.php
http://www.dmedicina.com


Libros recomendados
“La jaula dorada”, de Hilde Bruch. Ofrece testimonios de pacientes que cuentan su experiencia con la enfermedad y su recuperación.
“Anorexia nerviosa, el peligro de adelgazar”, de Josefina Castro. Incluye una visión del tratamiento de esta grave enfermedad.

Comentarios

  1. Igual os interesa esa página de facebook. Os la recomiendo! realmente hay gente que lucha mucho y se lo curra...


    http://www.facebook.com/AsociacionTep

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