1. Contesta rápido y con aplomo
En un estudio, unos participantes observaron cómo los
estudiantes de una clase respondían una serie de preguntas sobre cultura
general. Posteriormente, se les preguntó cuán carismáticos creían que era cada
estudiante.
El sentido común nos haría pensar que aquellos que
contestaron más preguntas correctas fueron juzgados como más carismáticos e
inteligentes, ¿verdad?
Pues como suele ser habitual, el sentido común no tiene
mucho peso en las relaciones sociales.
El carisma no tuvo ninguna relación con la inteligencia de
los estudiantes, sino con la velocidad con la que habían respondido cada
pregunta, independientemente de si lo hicieron bien o mal. En otras palabras,
resulta más carismático contestar rápido y con vehemencia que hacerlo con la
respuesta correcta.
¿Injusto? Quizás, pero así se forman las percepciones
sociales. Cuando alguien expone su opinión con firmeza, tendemos a asumir que
sabe de lo que habla.
Si quieres ser más carismático, no dudes. Contesta rápido y
con aplomo cuando te pregunten o pidan opinión. Siempre lo puedes corregir más
tarde.
2. Gesticula (mucho) con tus manos
Las personas carismáticas no se mantienen quietas cuando
hablan, sino que apoyan sus mensajes con los gestos de las manos.
En un estudio, el público valoró como más competentes y
efectivos los ponentes que gesticulaban con las manos mientras hablaban, frente
aquellos que las mantenían quietas.
No solo eso, sino que también se ha comprobado que reforzar
tus palabras con las manos provoca que los demás recuerden mejor tus mensajes.
La clave es utilizar gestos que se correspondan con el
significado de las palabras, no movimientos al azar, y evitar aquellos con
connotación negativa. Según el experto en lenguaje corporal Allan Pease, existe
una forma correcta de gesticular:
Nuestro interlocutor se involucra hasta un 40% más con
nuestro mensaje si al mover la mano mantenemos la palma hacia arriba o hacia
él, en comparación con la palma hacia abajo.
La palma hacia arriba transmite agrado y complicidad. Hacia
abajo, poder y control. ¿Quieres un ejemplo? Fíjate en el infame saludo Nazi.
3. Usa palabras emocionales
En una serie de experimentos, las doctoras Kensinger y
Corkin descubrieron que existen ciertas palabras más memorables que otras.
Gracias a ellas podrás crear mensajes más carismáticos.
Se trata de las palabras emocionales, aquellas que en lugar
de dejarnos fríos nos evocan sentimientos y sensaciones. La gente más carismática
añade pasión a sus mensajes, y suele hacerlo mediante nombres y adjetivos que
transmiten emociones.
A continuación, encontrarás las 5 palabras más y menos
emocionales (traducidas del inglés). Fíjate en que no importa que sean
positivas o negativas; lo importante es que hagan referencia a alguna emoción
intensa.
Acostúmbrate a usar más palabras emocionales en tus
diálogos. Por ejemplo, en lugar de “es una película muy buena” podrías decir
“es un orgasmo de película”.
4. Interésate por los demás
Si quieres que alguien se interese por ti debes intentar
impresionarle, ¿verdad?
Esto es lo que hace casi todo el mundo cuando quiere llamar
la atención de alguien. Y, sin embargo, suele provocar precisamente el efecto
contrario.
¿El motivo? En un estudio realizado en 1994 se comprobó que
los recuerdos que tengamos en un momento determinado afectan nuestro estado
emocional en ese momento.
En otras palabras, los demás no se sienten bien cuando les
cuentas sus éxitos: se sienten bien cuando te cuentan los suyos. Y si se
sienten así en tu presencia, desearán pasar más tiempo contigo.
Si quieres ser interesante, debes interesarte por los demás,
permitiéndoles hablar de aquello que les genera emociones positivas, como sus
hobbies, pasiones o éxitos. Este es uno de los principios del carisma.
5. Haz evidente lo que te une a ellos
Seguramente ya sabes que la similitud es un ingrediente
fundamental para crear vínculos sociales, pero lo que quizás te sorprenda es
que la cantidad de parecidos es más importante que su calidad.
Dicho de otra forma, se ha demostrado que no es sobre qué
coincidimos, sino sobre cuánto coincidimos. Cuantas más similitudes tengamos con alguien, más nos atraerá, independientemente
de lo que sea.
Cuando las personas carismáticas detectan un posible punto
en común con su interlocutor, no lo dejan escapar. No importa que parezca
trivial, porque saben que cuanto más semejantes, mejor. Lo ponen en evidencia y
dirigen la conversación hacia allí.
Acostúmbrate a hacer evidente lo que te une con la gente,
aunque sea tan simple como como compartir el signo del horóscopo o color
favorito. Les atraerás más.
6. Demuestra vulnerabilidad
En junio de 1992, en plena campaña por la presidencia de los
Estados Unidos, Bill Clinton presentaba en las encuestas una intención de voto
del 33%.
Un mes después, se había disparado hasta el 77%.
¿Qué hizo Clinton para conseguir tanta popularidad en tan
corto espacio de tiempo?
Fácil: mostró sus vulnerabilidades.
Hasta entonces, todos los pretendientes a la Casa Blanca habían
asumido que para ser carismáticos debían mostrar una actitud confiada y
poderosa. Pero Clinton, en un increíble giro de guión, hizo todo lo contrario.
Durante varias apariciones en programas de televisión,
expuso su vida privada a todos los estadounidenses. Desde su infancia, marcada
por la muerte de su padre días antes de que él naciera, hasta lo que supuso
tener un padrastro alcohólico.
Lo que Clinton nos enseñó es que para que los demás conecten
contigo, es fundamental que les entregues tu confianza. Y eso solo lo consigues
exponiendo tus inseguridades.
Un estudio quiso demostrar esta teoría. En él, los
participantes tuvieron que escuchar varias entrevistas de trabajo y valorar el
aprecio que sentían por cada uno de los aspirantes. ¿Y sabes qué? Pues que el
aspirante que cometió un error y se mostró más vulnerable fue el mejor
valorado.
No tengas miedo de
revelar tus sueños, temores o preocupaciones. La perfección y el hermetismo son
enemigos del carisma.
7. Repite su nombre
Hace tiempo me fijé que la mayoría de gente carismática que
conozco suelen repetir con frecuencia el nombre de aquellas personas con las
que están hablando.
En aquel momento lo consideré una casualidad, pero el tiempo
me ha demostrado que me equivocaba.
Resulta que en una investigación realizada mediante
resonancia magnética se comprobó que, cuando escuchamos nuestro propio nombre,
se activa el área del placer en nuestro cerebro.
Área placer
Quizás esas personas carismáticas lo hicieran
inconscientemente, pero estaban provocando a sus interlocutores una sensación
agradable que aumentaba su deseo de estar cerca de ellos.
Durante tus conversaciones, pronuncia en varias ocasiones el
nombre de tu interlocutor sin que resulte forzado. Así conseguirás que disfrute
más de tu presencia.
8. Usa infracciones morales divertidas
Otra característica habitual de la gente carismática es su
sentido del humor. Afortunadamente, la ciencia también ha identificado qué nos
hace más divertidos.
Lo que encontramos gracioso varía según la cultura y cada
individuo, pero lo que un popular estudio de 2010 definió como infracciones
morales benignas son lo más parecido a un tipo de humor universal.
Estas infracciones son acciones que rompen la norma moral
establecida sin llegar a suponer verdaderas consecuencias negativas para nadie,
como que a alguien se le derrame el refresco encima de su jefe o que se le
caigan los pantalones delante de su suegra.
Requiere práctica calibrar dónde está el límite, pero puedes
cometer estas infracciones hablando sobre temas poco habituales, como sexo o
religión, sin llegar a juzgar directamente a nadie.
Para que nadie se sienta agredido, te recomiendo que
empieces siendo tú mismo el sujeto de la infracción. Es decir, ríete de tu
propia religión o vida sexual sin que resulte ofensivo; los demás seguramente
harán lo propio.
9. Haz cumplidos honestos
Según el fenómeno psicológico de la reciprocidad, nos
sentimos atraídos por aquellas personas a las que sabemos que gustamos. Por eso
las personas carismáticas no dudan en mostrar su aprecio por los demás
haciéndoles cumplidos
La eficacia de los cumplidos para hacer sentir bien a la
gente es enorme. Incluso se ha demostrado que recibir un halago activa la misma
área del cerebro que al recibir dinero.
Acostúmbrate a hacer cumplidos a los demás con mayor
frecuencia. La gente se sentirá mejor a tu lado si agradeces sus esfuerzos,
reconoces sus méritos y les recuerdas sus atributos positivos. En consecuencia,
se sentirán más atraídos hacia ti.
10. Toca más… y mejor
En un curioso estudio, los investigadores formaron parejas
de estudiantes y les pidieron que mantuvieran una conversación entre ellos.
Al final del estudio, les pidieron a los participantes que
valorasen el afecto y conexión que habían sentido por su interlocutor.
Pero lo que los participantes no sabían es que su pareja era
en realidad un actor camuflado cuya misión era tocar al participante en la
mitad de las conversaciones.
Los resultados fueron concluyentes: aquellos actores que
habían tocado al participante durante el transcurso de la conversación fueron
valorados como más sociables y cercanos.
Tocar carisma
El contacto es un multiplicador de la conexión emocional. De
forma inconsciente, lo asociamos con aquellas personas con las que tenemos
mayor vínculo, como nuestra familia o amigos más íntimos. Por eso, cuando tocas
a alguien le predispones a conectar contigo.
¡Pero cuidado! Tocar también puede generar rechazo si lo
haces de forma inapropiada. El tipo de contacto capaz de aumentar tu carisma
tiene las siguientes características:
Se produce en la zona que va desde la parte superior del
brazo hasta el hombro. Resérvate las zonas por encima del hombro para la gente
de mayor confianza.
Es ocasional. Los
actores tocaron tres veces al participante durante la conversación; si lo hubieran
hecho constantemente seguramente hubieran terminado por agobiar.
Debe parecer fortuito o de lo contrario no entenderán por
qué les estás intentando tocar intencionadamente.
Conclusión
Quieras o no, el carisma es fundamental en la sociedad
actual. Tu capacidad para conectar con la gente y hacerla sentir bien a tu lado
te permitirá disfrutar de mejores relaciones sociales, profesionales y
sentimentales. Y eso se traduce en mayor salud y satisfacción personal.
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